El "analfabetismo tecnológico", se
presenta como una problemática compleja, que puede ser abordada desde múltiples
aspectos: social, técnico, económico, cultural y educativo.
Las
posibles soluciones que se pueden arribar no son muy distintas a la
problemática del "analfabetismo escolar". Como primera medida se
sugiere articular materias afines en todas los niveles de enseñanza.
Del
mismo modo, el acceso a las TIC debe recibir el mismo respaldo que el
conocimiento general: Tanto las escuelas (públicas o privadas) como las
bibliotecas y centros educativos no formales deberían crear un espacio para la
difusión del uso de ordenadores personales y, por lógica, de Internet.
Tal como
ha quedado demostrado, la complejidad que ofrece el estudio de la computación,
deberá estar respaldados por un perfeccionamiento docente acorde con la
problemática, que se haga extensivo a los conocimientos pedagógicos para evitar
el uso de un conocimiento técnico, centrado en los procesos y de carácter
funcionalista.
En tal
sentido, tanto el sistema educativo formal como el "no formal"
deberán trabajar en conjunto para rever esta situación y aportar, cada uno desde
su ámbito, distintas soluciones para brindar un mejor servicio educativo, en
cuanto a métodos de enseñanza, así como también en las técnicas y estrategias
que se implementan en los cursos deben corresponderse con la idea de incorporar
el aprendizaje significativo para llevar a la práctica el desarrollo de la idea
propuesta de hombre/ordenador.
A su
vez, el problema principal del "analfabetismo tecnológico" radica en
la incorporación de nuevas tecnologías, por los costos que ello significa en
cuanto al mantenimiento e insumos, situación que en el futuro tal vez pueda ser
solucionado en las escuelas públicas, que carecen de mayor presupuesto, debido
a que el Estado ve a la educación como un gasto que hay que ajustar.
Dada
algunas restricciones por lo económico, lo más importante es que todo el
esfuerzo institucional que se realice contemple la necesidad de que los
receptores estén convencidos de su utilidad; es decir, la mejor forma de
combatir el problema es crear un espacio de reflexión entre docentes y alumnos
para que se tome conciencia de que cada persona deba desenvolverse
correctamente en el entorno tecnológico actual.
Es una
realidad que las TIC han provocado un cambio sustancial en nuestro diario
vivir, que debemos adaptarnos a los cambios, que nuestros hábitos y costumbres
se han modificado notablemente. Pensemos que hace algunos años era imperioso
saber el manejo de una máquina de escribir, y hoy, lo imprescindible, es tener
en nuestro haber un conocimiento integral de computación.
La gran
mayoría sabe que adaptarse a los cambios implica desarrollar nuevas
capacidades, pero por sobre todo, potenciar las habilidades cognitivas.
Como en
todos los estratos sociales, hay gente que rechaza la computación, directivos
que descartan a las nuevas tecnologías por miedos e inseguridades personales,
y, aunque resulte absurdo esta afirmación, muchos jóvenes –que se presume que
se adaptan mejor a los cambios tecnológicos– no saben utilizar correctamente un
aparato de video. Si no se aplica una estrategia educativa acorde con la
problemática, todas estas personas pasarán a ser los futuros "analfabetos
tecnológicos".